sábado, 21 de noviembre de 2009

SUBTE LINEA E... INFINITO


La mirada se posa en un punto donde las líneas de fuga parecen confluir. Los ojos no giran buscando cada detalle, todo esta ahí... repetido por la simetría de un
lado y del otro de la estación. No hay nada que reconstruir, no hay detalles que interfieran la lectura especular.
Dentro del circuito que genera la mirada Todo esta ordenado.
La pasividad del espectador se traduce en inacción. La armonía entre los elementos y el estricto orden son consecuencia de la percepción domesticada.
El circuito infinito se encierra entre paredes y reproduce en un sinfín su propia estructura.
En otra dimensión, un sonido estridente se cuela por las hendijas de la forma. El sistema se desmorona.
La mirada, atada al punto centrípeto, comienza a buscar otros datos. El vagón de subte con su estridencia habitual destruye la pasividad de quien especta. Por fin el circuito se desmorona y la mirada, libre, se posa en cada detalle de las ruinas para reconstruir su propio discurso.

1 comentario: